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jueves, 29 de julio de 2010

Promesas estrelladas (Ricardo Quaresma)

Ricardo Quaresma

Una vez a la semana dedicaré el post a jugadores que apuntaban a ser superestrellas y se han quedado en el camino, casi sin posibilidad de retorno. Hoy empiezo con el portugués Ricardo Quaresma.

Ricardo Quaresma se formó en la cantera del Sporting de Lisboa, dónde deslumbró por su diestra endemoniada, y por ello, cuando tenía 20 años, el Barcelona llamó a su puerta.

Llegó a Barcelona como una estrella y dispuesto a comerse el mundo, además venía en una nueva era para el club azulgrana, después de muchos fracasos, y con Laporta, Rijkaard y Ronaldinho como buques insignias. Se esperaba que Quaresma fuera un puñal por la banda.
Pero no fue así, las lesiones, su nula adaptación a la ciudad condal, su vida nocturna y la poca confianza que le dio Rijkaard, imposibilitaron su éxito. Incomprensiblemente el Barcelona no le dio más oportunidades, y pese a su juventud y proyección entró en al traspaso de Deco, por lo que volvió a Portugal, esta vez al Oporto.
En su vuelta a Portugal, se salió, y durante 4 temporadas se convirtió en el mejor jugador de la liga portuguesa, sus centros y disparos endiablados desde la derecha volvían a maravillar al mundo del fútbol. En 2008 Mourinho se lo llevó al Inter.

En el Inter, le pasó lo mismo que en el Barça, Mou le dió pocas oportunidades y las pocas que le dió, no las aprovechó. Hasta ganó el Budón de oro, premio que le entregan al peor jugador del Calcio. En Enero se fue cedido al Chelsea, en una petición de Scolari. Pero al brasileño lo despidieron a los 3 o 4 partidos de llegar Quaresma y Hiddink (su susitito), se olvidó de Quaresma, y lo marginó en el banquillo.

El año pasado volvió al Inter, pero la cosa fue igual, no jugó y a pesar de que su equipo ganó el triplete, él, no pudo participar prácticamente. Otra vez, ganó el premio al peor jugador del Calcio. Este verano, el Besiktas lo ha comprado por 7 millones de euros al Inter. Ahora tiene 25 años y tiene su última oportunidad para demostrar lo que vale o confirmar su fracaso.

Para mi gusto, es un gran jugador, y reconozco que es un tipo introvertido, y quizá no ha puesto mucho de su parte, pero si un entrenador lo pone y le da 40 partidos seguidos, creo que podemos estar ante uno de los mejores extremos del mundo. El tiempo lo dirá, y veremos si Schuster consigue lo que consiguió Quique Flores con Reyes.

La próxima semana, otra entrega de Promesas incumplidas.