Quién lo iba a decir hace un par de semanas, lo que parecía un equipo de jubilados y medio abandonado por su dueño (Il Cavaliere), ha renacido de sus cenizas y antes del cierre del mercado de fichajes, ha cerrado a dos superestrellas que prometen devolverle a la élite en la que se metió, firmando a estrellas en su ocaso futbolístico.
Los milaneses han sido muy inteligentes, y han aprovechado el revuelo que se montó en Barcelona con Ibrahimovic y Guardiola el filósofo, para llevarse al sueco por 24 millones de euros, una cifra bastante asequible para el tipo de jugador que es, ya que si quitamos su carácter a veces algo difícl, es un jugadorazo impresionante, que promete hincharse a meter goles en la liga italiana, como ya hizo en Inter y Juventus.
Pero la última bomba fue en el penúltimo día, sabiendo que el City no lo quería, Galliani se sacó de la manga otro fichaje ilusionante y díscolo a la vez, Robinho, sin duda el mejor jugador brasileño del momento, por 18 millones de euros, otra ganga para el tipo de jugador que es.
Si el Milán consigue acoplar a Ibra y a Robinho arriba con Pato y algún destello de Ronaldinho puede volver a ser ese equipo temible que fue hace años, y que tiene 7 Copas de Europa en sus vitrinas. También puede pasar que tanto gallito acabe haciendo daño al vestuario, pero quiero pensar que estamos ante un equipo que puede dar muchas alegrias al fútbol italiano.
